HECHO EN CHINA: Mas de un culpable.
(Sergio J. Fernández, 4 de Junio de 2013)
Ultimamente escucho a muchas personas culpar a los chinos por el desempleo y la crisis económica que estamos sufriendo a nivel mundial. Debo admitir que, por algún tiempo, estuve pensando que ese razonamiento no era completamente justo, pues los chinos no llevaron su industria a los otros países, fueron los capitalistas quienes llevaron la industria a China, en busca de mano de obra barata, en la mayoría de los casos, mano de obra de niños explotados bajo condiciones de trabajo neo-esclavistas.
Entonces, tratando de encontrar una razón lógica a todo este absurdo, recordé como comenzó el desastre. Recordé todas aquellas noticias sobre agentes de la ley, del mundo industrializado, haciendo redadas y confiscando todo tipo de mercancías de imitaciones de marcas famosas, replicadas ilegalmente en China. Primero fueron relojes de marcas famosas, luego; carteras y zapatos femeninos de diseñadores famosos, y así sucesivamente hasta el día de hoy; en que todo o casi todo está hecho en China. Hoy en día se nos hace difícil encontrar algún producto que no esté hecho en China.
De piratas a empresarios.
Al principio los chinos comenzaron a fabricar réplicas ilegales de productos de alto valor en el mercado. Por ejemplo; estuvieron fabricando relojes marca Rolex, idénticos a los originales de Suiza. La diferencia estaba en la calidad y el precio. Un Rolex original puede costar miles de dólares, sin embargo; la réplica china se podía conseguir por veinte dólares o menos, y claro está que la calidad de los Rolex de imitación era malísima, pero como parecían auténticos, la gente los compraba sin pensarlo dos veces. Esta fue la época de la “piratería industrial china” en todo su esplendor.
Cuando los fabricantes de las marcas originales se dieron cuenta de que la gente compraba las réplicas chinas no por su calidad, sino por su apariencia y bajos precios, se dieron cuenta de que sería prácticamente imposible luchar contra esa piratería. Así que decidieron darle “patente de corso” a los chinos. Es decir; llevaron sus fabricas a China con todos los requisitos de las leyes para protección de marcas registradas, pero ninguno de los requisitos de las leyes para protección laboral, y de este modo comenzó la fabricación legal de productos "de marca" hechos en China a más bajo precio que los hechos en los países de origen. Los pioneros de esta nueva práctica industrial fueron los japoneses, a quienes los chinos les replicaban magistralmente sus marcas SEIKO, CITIZEN, SONY, PANASONIC, etc. Durante este periodo el consumidor podía escoger entre el producto hecho en china, de baja calidad y bajo precio, o el producto original, de alta calidad, pero también de alto precio. Desgraciadamente, la mayoría de los consumidores escogió los productos hechos en China. Esta fue la época de “los corsarios industriales chinos”.
Actualmente, debido a la decisión de la mayoría de los consumidores, los fabricantes han dejado de producir la calidad de las marcas originales, pues su bajo volumen de ventas no justifica la inversión. Esto ha traído como consecuencia que al no haber productos con los que comparar la calidad de los productos hechos en China, el consumidor no tiene otra alternativa que la de adquirir los productos de baja calidad, con la gran diferencia de que, al no ser estos ilegales, no tienen por qué ser más baratos. Resultado; ahora todo está “Hecho en China” con una malísima calidad, pero con los precios de los productos originales, que sí eran de alta calidad. Esta es la época de “los empresarios chinos”.
Al final, los únicos perjudicados hemos sido nosotros, los consumidores, pero no podemos negar que eso nos ha sucedido por tratar de pasarnos de listos, comprando primeramente mercancía pirateada, y luego mercancía legal, pero de baja calidad a bajo precio. Por eso ahora nos indignamos cuando vamos a una tienda por departamentos como Macy’s, por poner un ejemplo, y vemos que un par de zapatos de marca Giorgio Brutini hechos en China, cuestan lo mismo que costaban los originales hechos en Italia. Y no es por exagerar; pero aquellos zapatos italianos si era buenos, no la porquería que fabrican los chinos, que en la mayoría de los casos terminan enfermando los pies de las personas que los usan. Nada, que como dice ese viejo y sabio refrán; “LO BARATO SALE CARO”, y que caro nos están costando las baratijas HECHAS EN CHINA.
Aunque los chinos tienen su parte de culpa por haber iniciado la piratería, y los capitalistas tienen otro tanto de culpa por haberse llevado las industrias a China en busca de mano de obra barata, en realidad; nosotros los consumidores, con nuestras elecciones de compra, somos los que más hemos ayudado a crear ese monstruo industrial llamado “MADE IN CHINA”.