Pages

Friday, December 12, 2014

EL PEOR TIPO DE CÁNCER




EL PEOR TIPO DE CÁNCER. 
Por Sergio Jesús Fernández, 12 de Diciembre de 2014.

De todos los tipos de cáncer que afectan a la humanidad, el peor es el cáncer del alma, porque todos los otros tipos de cáncer terminan cuando el cuerpo físico deja de existir, pero el cáncer del alma puede ser eterno. Además, el cáncer del alma es el único que puede causar daños tan graves, como la corrupción, el hambre, las guerras, los crímenes, la destrucción de la fauna, la flora y el medio ambiente en general, y hasta puede llegar a causar la destrucción del mundo.

Sin embargo, a pesar de ser el peor tipo, el cáncer del alma se puede evitar, apartando de nuestras vidas las cosas que lo causan, como el egoísmo, la envidia, el odio, la vanidad, la arrogancia, la indiferencia, la crueldad, y todas aquellas cosas asociadas con el desamor. Aunque el cáncer del alma es el peor de todos, también es el que mayor posibilidad de sanidad tiene, pues una vez contraído, la persona afectada por él puede volverse a Dios y ser completamente sanada por medio de nuestro Señor Jesucristo. 

La buena noticia es, que todo aquel que tenga a Cristo en su corazón, tanto los que han sido sanados de este cáncer, como los que aun no han sido tocados por este mal, pueden recibir la presencia del Espíritu Santo en sus vidas y quedar así, completamente inmunes a este, el peor tipo de cáncer.


Friday, November 21, 2014

NADA HUMANO ME ES AJENO



 
“NADA HUMANO ME ES AJENO”
(cuento corto)
Por Sergio Jesús Fernández, 21 de Noviembre de 2014
 
Un día Juan encontró un camino que él nunca antes había transitado. El camino era amplio y cómodo de andar, y además; tenía un paisaje precioso. Entonces Juan decidió tomar ese camino, pues él pensó que si el camino era tan hermoso, seguramente le llevaría a un lugar igualmente hermoso.

Andando y andando, pasó el tiempo, pero Juan estaba tan extasiado en el paisaje, que no se daba cuenta de que el tiempo iba pasando. Tampoco se dio cuenta de que, al final, en el medio del camino había un gran hueco, así que cayó en el hueco, y casi se mata. Con varios huesos rotos, fue mucho el trabajo que pasó Juan para poder salir de aquel hueco, pero finalmente logró salir y con gran dificultad regresó a su casa, donde le atendieron y le ayudaron a sanarse.

Al cabo del tiempo, una mañana vio Juan a su amigo Pedro tratando de adentrarse en aquel mismo camino, y quiso alertarlo sobre el peligroso hueco, y de cómo casi pierde la vida al caer en él. En eso, salió la madre de Pedro y le gritó a Juan: “Deja ya a mi hijo tranquilo, no le digas nada. Además, tu también usaste ese camino, así que no tienes por qué darle consejos a mi hijo.”

Juan, muy apenado, les dijo: “Discúlpenme, es que no acabo de aprender a no meterme donde no debo”. Luego se alejó tan rápido como pudo.

FIN

Moraleja: “Haz bien y no mires a quien”. Pero nunca hagas el bien esperando agradecimiento.



Friday, September 12, 2014

¡AVISO IMPORTANTE! Aprendamos a amar.




¡AVISO IMPORTANTE!
Aprendamos a amar.

A menudo leo manifestaciones de despecho en referencia a “amores” mal correspondidos. ¡Qué confusión! Cuan distante está todo eso de la verdad.

Ante todo, si está mal correspondido, no es amor, nunca lo fue. El amor, cuando nace, nunca deja de existir. El amor es imperecedero, a diferencia del “deseo”, que ahora puede estar, y dentro de un rato ya pasó. Tampoco el amor es “obsesión”. La obsesión es ese sentimiento egoísta que hace que algunas personas se sientan con el derecho de poseer a otras. Todas las formas de obsesión son dañinas, pero la obsesión por otro ser humano puede causar la muerte de la persona obsesionada, o de su víctima, o en muchos casos; de ambos.

Una vez que se ama, esa condición queda permanentemente en el tiempo presente del verbo, jamás en pretérito. Es decir; cuando alguien dice que ha amado, o está tratando de decir que ha deseado, o está mintiendo, o simplemente no sabe de lo que está hablando. Cuando se ama, se ama y punto. No importa que la persona a quien amas ya no te ame. Si verdaderamente la amas, siempre la vas a amar, y te vas a alegrar de su felicidad, aunque eso implique el que esa persona ya no esté a tu lado.

¿Cómo creer que amas, si cuando hablas de la persona amada lo haces con despecho? Más bien; deberías entender que si esa persona ya no quiere estar a tu lado, es porque nunca te amó, pues como ya mencioné anteriormente, el amor nunca es en pretérito. Y si tú no eres capaz de entender que la felicidad de esa persona ya no está en tus manos, pero que aun así, esa persona tiene derecho a ser feliz con quien le plazca, pues tú tampoco le amaste. Amar implica, entre otras cosas, disfrutar incondicionalmente del bienestar de la persona amada. Cuando amamos nos alegramos de dichas, no de desventuras, deseamos el bien, nunca el mal.

Desgraciadamente, la peor consecuencia de confundir amor con “obsesión/posesión”, es cuando esta se da habiendo hijos de por medio. Esos hijos que crecen sufriendo el despecho de los padres, están condenados a correr la misma suerte. Así como la gripe es una enfermedad contagiosa de las vías respiratorias, el despecho es una enfermedad contagiosa del alma y el espíritu. El verdadero amor es la única cura contra ese contagio. Si estás sufriendo por una separación, no te aferres a ese sufrimiento, y si tienes hijos, evítales pasar por lo mismo que tú estás pasando. Ama, perdona, se feliz y alégrate de la felicidad ajena, en toda ocasión. De eso se trata el amar a los demás.

Sergio Jesús Fernández, 12 de Septiembre de 2014.

---o---

“El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso; no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
-1 Corintios 13:4-7

Monday, September 1, 2014

SOBRE EL AMOR

  
SOBRE EL AMOR

Cuando tratamos de poner en práctica el mandamiento de amor al prójimo, una de las primeras cosas que aprendemos, es que el odio ocupa un espacio demasiado valioso en el limitado equipaje de sentimientos que se nos permite llevar. Por eso se hace relativamente fácil evitar el odio. Pero, ¿qué sucede con la indiferencia? La indiferencia es una forma de desamor. Así que no podemos darnos el lujo de llevar con nosotros indiferencia, pues eso nos aleja de nuestro objetivo, que es el de amar al prójimo, o sea; llevar la mayor cantidad de amor en nuestro limitado equipaje de sentimientos.

Una buena forma de evitar la indiferencia es practicando esta sencilla filosofía: “Si me amas, te amo, y si no me amas, igual te amo, pero trataré de no molestarte con mi presencia.” En realidad, para amar a los demás, y orar por ellos, no es necesario estar presente. Pensando así, ya no se hace tan difícil entender por qué Jesús dijo que no sólo debemos amar a los que no nos aman, sino que además, debemos orar por nuestros enemigos.

Ahora, vamos a ver cuanto amor eres capaz de acumular en tu equipaje de sentimientos.

Bendiciones,

Sergio Jesús Fernández, 1ro de Septiembre de 2014.


Sunday, August 31, 2014

EL NUEVO MANDAMIENTO



EL NUEVO MANDAMIENTO 
Sergio Jesús Fernández, 31 de Agosto de 2014.

Para bien o para mal, nos ha tocado vivir en una era en la que la información se propaga globalmente a una velocidad imposible de haberse imaginado diez años atrás. Desgraciadamente, la mayoría de la información que se propaga está preñada de negatividad.

Así que, cuando propago una noticia acerca de un descubrimiento científico que afecta positivamente la salud, o el bienestar general de los seres humanos, no lo hago porque me crea que soy periodista, ni científico, ni médico, lo hago simplemente por hacerme eco de una buena noticia. Y créanme cuando les digo que tengo que dedicar tiempo a encontrar buenas noticias, porque no abundan.

Cuando trato de hacer chistes, no lo hago porque me crea que soy cómico, ni porque crea que soy escritor de libretos para comedias, lo hago simplemente porque disfruto más viendo a la gente reír, que viéndolas llorar.

De igual modo, cuando trato de llevar palabras de aliento a personas que están deprimidas por falta de esperanzas, no lo hago porque me crea que soy psicólogo, o psiquiatra, o trabajador social, lo hago simplemente porque siento en mi corazón que, al menos en ese momento, eso es lo que esas personas necesitan.

Cuando oro por enfermos, o para que Dios interceda en las adversidades y conflictos de personas que conozco, y me piden oración, no lo hago porque crea que tengo una línea directa con Dios, ni porque crea que Dios le dé un tratamiento especial a mis oraciones, lo hago simplemente porque creo en Dios, en su amor, y en su divino poder.

Pero cuando predico el evangelio, las buenas nuevas de nuestro Señor Jesucristo, y cuando me hago eco de La Palabra de Dios, no lo hago porque me crea ministro religioso, ni santo, ni profeta, ni discípulo de Jesús. Tampoco lo hago porque siendo pecador necesite demostrar a los demás que soy todo lo contrario, ni lo hago porque necesite que la piel de oveja encubra mis pelos de lobo, que ya sabemos que no existen ovejas gigantes. Es más, ni siquiera lo hago por ninguna de las razones que les describí en los párrafos anteriores. Porque en realidad, cuando predico el evangelio, lo hago única y exclusivamente porque es mandato de Dios, y nada ni nadie puede negarse a obedecer a Dios.

Dios nos ha dado libre albedrío para tomar decisiones en las cosas de nuestro diario acontecer, pero cuando se trata de una orden, de un mandamiento, ahí no funciona el libre albedrío. En ese caso, o lo haces, o lo haces, no queda de otra.

---o---

Y les dijo: Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
-Marcos 16:15