LA FILOSOFÍA: Un eterno afán.
Dentro del reino animal, se conocen formas de vida social en comunidades de especies superiores e inferiores, desde la vida colectiva de criaturas microscópicas hasta las más grandes, voluminosas y complejas especies como elefantes y ballenas. Algunos científicos consideran que hasta la simbiosis que realizan algunas especies es una forma de vida social. Sin embargo, no se puede probar que estas sociedades zoológicas, en su gran mayoría mucho más antiguas que la especie humana, practiquen modo alguno de filosofía. La filosofía nació con la humanidad, independientemente de la forma de convivencia social que escojan los individuos. Aun los ermitaños, vagabundos e indigentes crean y mantienen una filosofía de vida.
Existen más filosofías de vida que culturas, pues dentro de las culturas conocidas, civilizadas y primitivas, individuos o grupos crean sus propias filosofías de vida para acomodar sus inquietudes espirituales y psicológicas. Aunque las filosofías pueden ser religiosas (espirituales) o ateas (materialistas), es precisamente a través de las filosofías que los seres humanos tratan, aun sin proponérselo, de conectar cuerpo, alma y espíritu, en un criterio que armonice con el medio que les rodea. A pesar de su vasta diversidad, la gran mayoría de las diferentes filosofías de vida tienen puntos de coincidencia en sus aspectos más fundamentales y esenciales con respecto a la existencia.
Las filosofías de vida que prueban estar más en armonía con los seres humanos, no son precisamente las que se pueden enseñar académicamente, sino las que se adquieren con el devenir cotidiano y las experiencias personales.
Sergio Jesús Fernández - 20 de Agosto de 2010.
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