Opus Sui Géneris
Por Sergio Jesús Fernández - 7 de Agosto de 2010
Se reúne la orquesta,
y mientras se preparan
los fantasmas de las aguas,
todo va conspirando.
A medida que llegan,
sus majestuosos trajes
dan luz de un gris perfecto,
que revela lo ansiado.
Bajan aun más las luces,
se anticipa el comienzo
de este Opus Sui Géneris,
y todos quedan quietos,
excepto los danzantes,
que en penumbras se miden
las piruetas y pasos
pues no hay tiempo de ensayos.
Suenan ya los acordes
de suaves tintineos,
en divina armonía con la genuina danza.
In Crescendo llega el Allegro,
a galope de potros salvajes.
Rugen los címbalos en truenos,
y explosiones de luces develan siluetas
en plena coreografía de amantes.
Un sudor torrencial
brota de música y danza
en desigual similitud
de refrescante humedad.
Del Allegro Moderato al Pianísimo.
Silencio de alientos contenidos y besos,
pero no es el final,
es sólo el Intermezzo.
No debe haber dialéctica entre mundo y espiritualidad, sin embargo sé que existe como todo lo propio de los géneros y tú lo has plasmado con una elegancia que provoca danzas, buen trabajo, te felicito.
ReplyDeleteResalto esta bella metáfora:
Rugen los címbalos en truenos,
y explosiones de luces develan siluetas
en plena coreografía de amantes.
Que mejor sinfonía para el baile del amor que la de un aguacero de verano.
ReplyDeletePoema caprichoso, danzarín... majestuoso al compás de la orquesta. Sentimos la música al oído y descubrimos a los amantes al bajar las luces develando sus figuras. Singular coreografía poética nos has creado... el silencio de alientos y besos, los acordes finales del Allegro y los cómbalos anuncian que es solo el Intermezzo. Hermoso poema de música y besos.
ReplyDeleteEste poema habla de una pareja que aprovecha una súbita tormenta de verano, para quedarse en casa y amarse, en vez de ir a cenar a la calle.
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