(En Cuba, su tierra y la mía, ha nacido a la inmortalidad, Orlando Zapata Tamayo, a quien no conocía)
Aun sin conocerte fui tu hermano
en la causa que hoy guías y enarbolas
erguido como palma, buen cubano.
Tu ejemplo como el golpe de las olas
ha servido de reconocimiento
y hoy Las Damas de Blanco no están solas.
Se convierte en valor el sufrimiento
y el pueblo se revela esperanzado,
y amenaza con un levantamiento.
Ya no quiere seguir esclavizado
por un régimen ruin y patricida,
y el tirano se siente acorralado.
No hay nada más preciado que la vida,
y tú la diste para vernos juntos
en la patria por todos tan querida.
Hoy te levantas junto a los difuntos
que han vertido su sangre en nuestro suelo,
para dar referencias como puntos
de estrellas que iluminan desde el cielo,
en la hora que asoma la alborada,
de ver al fin logrado nuestro anhelo.
Con una patria digna y liberada,
donde la gente pueda estar contenta
sin tener que sentirse pisoteada.
De tu ejemplo el cubano se alimenta
y protesta de oriente hasta occidente,
por una dictadura tan sangrienta.
Ya nadie puede estar indiferente,
no pueden los incautos ignorarte,
ascendiste de preso a disidente.
Dios te ha escogido para iluminarte
con la luz de una nueva primavera,
y para convertirte en un baluarte.
El quiere derribar esa frontera
de división, de odio y de rencores
y que vivamos una nueva era,
con una nueva escala de valores,
donde no sea delito hablar de quejas,
ni se premie la acción de los traidores.
A un héroe de leyenda te asemejas,
aunque el rango de héroe te has ganado
al desafiar las estructuras viejas.
Es por eso que honramos tu legado,
escrito en esas páginas gloriosas
de la historia de un pueblo renovado.
Pondremos en tu tumba Mariposas,
cuando llegue cada mes de febrero,
cantaremos tu historia en nuestras prosas,
Hoy, casi a un año de la desaparición física de Zapata, escogí la poesía “Elegía”, de Miguel Hernández, como base para escribirle esta elegía a ese cubano que marcó la diferencia el día 23 de febrero de 2010. No merece el sacrificio de Orlando menos homenaje, ni el dolor que nos deja su repentina partida causa menos luto.
¡ZAPATA VIVE!
Sergio Jesús Fernández
1ro de febrero de 2010
No podía tu poesía dejar pasar el día para honrar al gran cubano. El arte sacudiendo los sentimientos, poniéndolos a prueba al lado de la justicia y la verdad para defender la patria, sustituyendo las armas por bellos e inspirados versos. Gracias, amigo, no faltarán las mariposas en la tumba del héroe.
ReplyDeleteGracias Gini,
ReplyDeleteQuería escribir algo que estuviera a la altura del sacrificio de OZT, por eso decidí emular la elegía del maestro Miguel Hernández.
Mientras exista una persona como tu, aunque sea una solita, vale la pena seguir escribiendo.
Preciosa elegia, muy merecida y sincera, nos hace unirnos todos en uno, al leerla todos los cubanos somos Zapata.
ReplyDeleteAngelica
Gracias mi hermana, no había tenido la oportunidad de leer tu comentario, hoy me alegró mucho leerlo.
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