Estoy
convencido de que cuando nos reímos sanamente de algo, con la risa
infantil y pícara de esa niñez que todos llevamos por dentro, somos
realmente felices, aunque sólo sea por ese corto tiempo que nos dure la
risa. Tal vez por eso siempre me ha gustado tanto tratar de hacer reír a los demás.
- Sergio J. Fernández, 4 de Febrero de 2014
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