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Sunday, June 27, 2010

LA NUEVA BALLESTA DEL HOMBRE NUEVO

LA NUEVA BALLESTA DEL HOMBRE NUEVO
(Por Sergio Jesús Fernández - 27 de Junio de 2010)

En un país donde el hambre es general y los generales no tienen hambre, los ayunos se han convertido en el arma del momento, “la nueva ballesta”.

Después de más de cincuenta años reduciendo poco a poco la canasta alimentaria del cubano de a pie, el castrismo por fin ha logrado crear al hombre nuevo, que; como todos los antagonismos que caracterizan a los engendros de la dictadura, tiene una apariencia física de viejo y un sentido de sobrevivencia e independencia, tan antiguos como los de los “siervos de la gleba”. El avejentado “hombre nuevo” de la Cuba castrista carece de los más elementales productos de consumo, tan simples como el pan y el agua, y por consiguiente; se ve forzado a hurtar lo que pueda de los predios feudales, para no morir de desnutrición. Paga los diezmos con el sudor y la sangre de sus mejores años, y se mantiene vivo sólo por la esperanza de algún día poder escapar del feudo.

Afloran a mi mente dos viejos proverbios, “de la abundancia del corazón habla la boca” y “nadie puede dar lo que no tiene”. Tal vez porque veo con tristeza que para la inmensa mayoría, lo que más abunda en la Cuba de los castro son el hambre y la miseria, y son precisamente eso, su hambre y sus vidas miserables, lo que están ofrendando los desesperados y esclavizados cubanos. Como si subconscientemente estuvieran convencidos que al autodestruir sus miserables vidas, están también destruyendo la propiedad de sus señores feudales. Porque indiscutiblemente son propiedad de los “warlords” que los desgobiernan, y en el fondo ellos lo saben.

En pleno siglo veintiuno, tratar de ofrendar la vida en huelgas de hambre es práctica común en el país donde los angustiadores que controlan todas las formas de poder, prometieron hace más de cincuenta años que todos serian iguales y tendrían los mismos derechos, el paraíso socialista caribeño. Un país donde, por más de cinco décadas, la frase “derechos y deberes han de ir juntos” se ha repetido y aun se repite hasta la saciedad, pero nunca se ha cumplido. El hombre nuevo del castrismo tiene todos los deberes que se le ocurran a los que le avasallan, pero no tiene ningún derecho.

Ante la triste realidad de esta real tristeza, no me queda más que repetir las palabras de uno de esos ballesteros del hambre y la miseria:

“QUE DIOS BENDIGA A CUBA”

Porque, hoy más que nunca, eso es lo que Cuba y los cubanos necesitamos.

LOS MUERTOS DE MAZORRA
Dicen que murieron de frio, pero se ve que murieron de hambre.

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