(Sergio Jesús-Fernández - 3 de Marzo de 2009)
Por esas casualidades de la vida, encontré ayer en “Internet” esta ilustración de una portada de la publicación castrista “Mella” de 1965. En realidad estaba buscando otra cosa para ilustrar algo que había escrito, pero no pude evitar el detenerme y mirarla, y en cuestión de segundos, viajar a la Cuba de los sesentas en esa maquina del tiempo que todos llevamos dentro, la memoria.
¿Quién me hubiese dicho en aquellos tiempos que esa ilustración de “Mella”, que representaba tan bien la situación existente, iba a estar tan vigente hoy como en 1965?
Me explico. Nótense los tres perros furiosos, que representan a los “fieles a la revolución”. El perro número uno, el mas grande, representa a las masas. Es de todos sabido que las masas no piensan, por tanto; actuan de forma irracional e ignorante. El perro número dos, el mediano, representa al ejército. Y el perro número tres, el mas pequeño, representa a la ideología. Ahora nótese como está representado el resto del pueblo de Cuba, los profesionales, los intelectuales, los artistas, los “burócratas”, en fin; todo lo que no sea perro, perdón; quise decir fiel (o viceversa). Están representados como pigmeos, casi como insectos de no ser por su aspecto inconfundible de seres humanos. Si se fijan bien podrán notar hasta un diminuto “tío Sam”, que posiblemente representa a los jóvenes que disfrutábamos escuchando la música de la agrupación inglesa “The Beatles”, que por cierto no tenían nada que ver con “el norte revuelto y brutal”, pero que cantaban en ingles, y ese es el idioma del “enemigo”. Porque, créalo o no; para las dictaduras de izquierda todo lo escrito y/o dicho en ingles es automática y categóricamente “Yanqui”. Como si el idioma ingles hubiese sido creado en USA y no en La Gran Bretaña. Pero no es difícil entender el porque de semejante estupidez, basta con interpretar la ilustración de “Mella” en su completo conjunto. He aquí mi lectura:
“No importa cuan pequeño sea el nivel ideológico, ni cuan mediocre sea el poderío militar, si ambos se ponen en función de servir y apoyar a la mayoría ignorante para pisotear furiosamente hasta la mas mínima expresión de todo razonamiento lógico y democrático, para pisotear furiosamente hasta el mas mínimo rasgo de humanidad. La dictadura castrista quiere y necesita perros furiosos y fieles, no seres humanos”.
Han transcurrido cincuenta años de “robolución” y esta triste realidad sigue siendo alimentada por la tiranía castrista tan activamente como desde el primer día, con la única diferencia de que ya no solo se aplica en Cuba, si no también en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y con grandes posibilidades de ser aplicada muy pronto en Argentina y Chile. Y si el mundo sigue comiendo catibía y dormido en los laureles, “mucho mas temprano que tarde” (¿Se acuerdan de esa frasecita?) esa horrorosa ideología canina va a ser aplicada en todo Centro y Suramérica.
Me pregunto si el artista creador de esta portada de “Mella” se consideraría parte de los perros furiosos y fieles, o si por el contrario; vislumbró la canina naturaleza del naciente castrismo y simplemente se burló de todos sus “jerifaltes” con esa picardía que tenemos los cubanos para reírnos de nuestras desgracias (aunque solo sea interiormente) y les sirvió en bandeja de plata la canina ilustración. Lo dejo ahí, como esas películas en las que el espectador tiene la libertad de imaginarse el final que mas le guste, o le convenga. Yo, como un espectador mas; disfruto con imaginarme que el artista se burló inteligentemente de todos sus ignorantes jefes y se divirtió muchísimo haciéndolo.
Nunca pensé que encontrarme con esa ilustración de “Mella” me iba a hacer dar tanta perorata. Sorry (en ingles, pa' jodé, como el curro)
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